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sábado, 27 de marzo de 2010

Embryo

Aah, ya es de mañana, mi madre durmiendo a mi lado, mi padre en la otra habitación, esperando a verme… Maldita desgracia la que me persigue. Me levanto despacio, en silencio. Me coloco el uniforme y salgo por la ventana. Las tiendas abren a mi paso, lentamente. Enciendo un cigarro, aún falta para que abran las puertas del instituto, qué más da?

Vida miserable… Entro al aula, me siento en el lugar de siempre y observo el vacio, según mi madre la educación era importante, según mi padre lo que aprendiera en casa me serviría para toda la vida, y si era eso cierto?

Suena la campana, todos salen alegres, a las zancadas, sin embargo me tomo mi tiempo.

Vuelvo a casa… Dicen que “casa” se le dice al hogar, no es donde te sientes cómodo? Entonces no debería llamarlo así. Abro la verja, rechina como de costumbre, esquivo las enredaderas que mi padre puso para que no lo vieran y llego al umbral, una mirada de odio y codicia recorre mi cuerpo. Corro a mi habitación, a los brazos de mi madre, con esa sonrisa cautivadora que me devolvía la vida… Oh, sorpresa, ella cuelga de los cielos ya, nada remediara su ausencia… Silenciosamente el llanto recorre mis mejillas, la tomo en mis brazos y la recuesto en la cama… La soledad me aplaca, estoy sola.

Allí vienes, brutalmente como siempre, me tomas de la muñeca y me llevas a tu habitación… aah, qué más da? Viólame hasta que estés satisfecho, soy tuya, padre. Sé que me estás mirando madre, por favor, detenlo. Nuevamente las nauseas y tu sonrisa en mi mente, eso las detiene…

Volviendo a la rutina, una tarde invernal de 1992, mirando la hoguera con tal entretenimiento, volviendo de la escuela me encuentro con mi despreciado padre a mi lado. Me miras, con esa repulsiva sonrisa, esos extensos ojos de padre. Eeh, quieres hacerlo de nuevo? Ya no puedo hacer nada para remediarlo… Saco la navaja de mi madre, escondida entre mi ropa, solo dijo que la use cuando la necesite, es este el momento, no madre? Cierro los ojos fuertemente y la empujo contra aquel cuerpo desnudo, el líquido carmesí ya bañaba mi cuerpo. Aah, el alivio ha llegado.

Vuelta a las nauseas, aquella primavera todo había cambiado para mi, tu sonrisa dibuja los cielos y este niño que llora en mi vientre las detendrá, de eso estoy segura. No madre?

Hachi

1 comentarios:

Dechi~ dijo...

;_;

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